Atalaia Apikale

En Bedarona, Ea, en un entorno rural de espacios naturales de la costa cantábrica bizkaina, se encuentra el caserío Atalaia, nombre originario de este baserri enclavado en una pequeña punta de tierra conocida como “Punta Ea” que se adentra en el mar ofreciendo un maravilloso paraje.

Este baserri que data de 1800, estuvo destinado a la vivienda y desempeño rural de sus moradores. Asentado en la colina, su parte trasera queda resguardada frente a las inclemencias de los vientos y temporales del noroeste, mientras que su fachada principal se abre hacia el templado y calmado sudeste, desde donde puede observarse gran parte de la costa vasca atisbándose los limítrofes franceses, así como sus faros más destacados.

Atalaia fue adquirido por sus actuales propietarios en el año 2000 cuando el desuso parecía haber terminado con el protagonismo que desempeñara en la finca 200 años antes, asomando apenas aledaño a la casona de 1908 que destaca en los jardines de la Villa Eguzki Jaia declarada en 2007 bien de Interés Cultural.

La reconstrucción de Atalaia se efectuó manteniendo el propósito de conservarla fiel al concepto tradicional del caserío vasco. Así reapareció, recuperando los gruesos muros de piedra y rehaciendo la estructura con grandes vigas de madera antigua; utilizando los modos de las solidas construcciones de antaño, con materiales nobles como el roble, castaño y piedra que conforman cada una de las estancias actuales.

La disposición interior dista de los usos que Atalaia tuviera en sus inicios, destinándose toda la zona del pajar y la cuadra a su ocupación por parte de los nuevos dormitorios. El resultado es una edificación bella y serena, donde residen sus propietarios quienes han iniciado una dedicación responsable en horticultura y ganadería y que desde 2015 ofrecen 5 de sus habitaciones como alojamiento rural.

Asimismo, en este proyecto el nombre de “Apikale” acompañará indivisiblemente al de Atalaia, haciéndose así referencia al nombre de la zona costera donde se encuentra; por el amor a la costa y al mar que sus anfitriones sienten y que desean transmitir a quienes les visitan.

“Atalaya”,  lugar elevado desde el que se puede observar gran extensión de terreno o de mar, así como construcción situada en estos lugares altos con objeto de mantenerlos protegidos.

Rehabilitado por sus actuales propietarios, el caserío Atalaia destaca por una construcción sólida de piedra y maderas nobles.
La reforma total de su interior ha dado como resultado una vivienda que respira autenticidad y tranquilidad en sus dependencias a la vez que invita a la exploración de un entorno natural poco frecuentado. Situado sobre el mar, en un acantilado orientado al este, permite observar gran parte de la línea de la costa vascofrancesa.
Su privilegiada ubicación garantiza un silencio natural mecido por el sonido del mar y las aves. Aire limpio, espectaculares amaneceres sobre el mar y atardeceres que terminan un día dando paso a fantásticas noches estrelladas.